miércoles, 30 de enero de 2013

El trío Iberia


Pronto la tuna se les quedó pequeña a los citados, que dieron un paso adelante y decidieron constituirse como grupo musical, en 1953. El nombre: Trío Iberia. El objetivo: sumarse al boom de los boleros, tan de moda en aquellos años gracias al éxito de Los Panchos. Acudían allí donde les llamaban, en fiestas de pueblos, casinos, etc., siempre desbordantes de entusiasmo. Cantaban Alma, corazón y vida, Lo dudo, Historia de un amor...

Era aquella una época de gran efervescencia musical. Los grupos surgían y desaparecían con notable frecuencia. Los Amigos del Arte organizaban todos los años un festival que servía de punto de encuentro para muchos de aquellos conjuntos. Las eliminatorias se celebraban en el Olimpia, en la avenida de San Ignacio, donde hoy se encuentra el cine Carlos III, y la final, en el Teatro Gayarre. Allí fue donde Zabalza, García y Huarte escucharon cantar por primera vez a un tenor de Cintruénigo cuya voz les impresionó: Enrique Abad. También acudió al concurso la formación Los Melódicos, con Enrique Los Arcos al acordeón, al que también conocían de la tuna.

A finales de 1953, los componentes del Trío Iberia decidieron dar un giro a su trayectoria. Una decisión que resultaría de una importancia capital para la posterior trayectoria de Los Iruña´ko. Josecho, Joaquín y Alberto habían comentado en muchas ocasiones que la música que se escuchaba en las calles en Sanfermines -himnos de las peñas, estampas, etc.- no se había grabado, y que merecía la pena hacer un esfuerzo para escribirla, arreglarla y documentarla. La etapa de los boleros había pasado, y el Trío Iberia decidió dedicarse en cuerpo y alma a esta nueva tarea.

Muy pronto se dieron cuenta de que les faltaba algo fundamental: un acordeonista. Y pensaron que el más adecuado era aquel chaval de Los Melódicos al que habían disfrutado escuchando en el Olimpia, y con el que compartieron algunas juergas en la tuna universitaria. Ni que decir tiene que Enrique Los Arcos aceptó encantado. Por aquel entonces tenía veinte años, y acumulaba una cierta experiencia en el mundo de la música, eso sí, siempre como aficionado. Se inició en el grupo Los Nocturnos, con 16 años, y allí comprobó el sabor del directo, siempre dentro de los límites de Navarra y ante reducidos auditorios. También le sirvió para darse cuenta de que le gustaba, y mucho, el mundo de la música. Por eso dio un salto adelante y pasó a formar parte de otro grupo, Los Melódicos, de mayor calidad que el anterior. En ese grupo estaban Santamaría (luego sustituido por Aguirre), Elorz, Osés y Los Arcos. Tocaban siempre canciones de folclore local, y fue precisamente escuchando a este grupo cuando a Joaquín Zabalza se le iluminó la bombilla de que si querían triunfar no se podían limitar a cantar boleros de Los Panchos, y de que el folclore navarro no estaba grabado y había que hacerlo. No era fácil salir adelante en un momento en el que la profusión de grupos musicales era muy grande, y Los Melódicos, como muchos otros conjuntos, se fue difuminando por la falta de contratos y, en definitiva, de dinero para poder seguir actuando. En ese momento le llegó a Enrique Los Arcos la propuesta para pasar a formar parte de Los Iruña´ko. Daba comienzo así una nueva etapa del grupo, que pasaba a convertirse en un cuarteto, todavía con Josecho García, pero aún sin Enrique Abad ni Iñaki Astondoa.

Los dos primeros años del grupo (1954-55) estuvieron dedicados a la investigación, a los arreglos y a los ensayos. Los cuatro jóvenes fueron arreglando los himnos de las peñas y otras piezas sanfermineras. Hablaron en infinidad de ocasiones con el maestro Turrillas -autor del 90% de los temas-, que puso a su disposición todas las partituras. Una vez realizado ese trabajo, el grupo disponía ya del repertorio adecuado como para dar su primer concierto basado en la música sanferminera y el folclore navarro. Fue el que tuvo lugar en Alcoz y que tanto impresionó a Fermín Orzanco. Animados por tan buena acogida, ofrecieron varios recitales más, siempre ante pequeños grupos de espectadores.

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